En el capítulo XVIII del Quijote encontramos un caso de parodia de novela de caballería en el siguiente pasaje:
“—Ahora acabo de creer, Sancho bueno, que aquel castillo o venta que es encantado sin duda, porque aquellos que tan atrozmente tomaron pasatiempo contigo ¿qué podían ser sino fantasmas y gente del otro mundo?”
DQ alude a ciertos encantamientos que causaron el fracaso de su aventura, propias estas fantasías de las novelas de caballerías en las que se inspira el personaje para crear su realidad.
En el siguiente pasaje se observa otro tópico en el que DQ comenta la gloria que devendrá de la próxima aventura, característico también de las novelas de caballería, en las que la fama se obtiene a partir de pruebas de valor:
“—Este es el día, ¡oh Sancho!, en el cual se ha de ver el bien que me tiene guardado mi suerte; este es el día, digo, en que se ha de mostrar, tanto como en otro alguno, el valor de mi brazo, y en el que tengo de hacer obras que queden escritas en el libro de la fama por todos los venideros siglos. ¿Ves aquella polvareda que allí se levanta, Sancho? Pues toda es cuajada de un copiosísimo ejército que de diversas e innumerables gentes por allí viene marchando-.”
Otro pasaje en el que DQ le explica a Sancho la aceptación de las desventuras de forma estoica propio de un buen caballero es el siguiente:
“... jamás hemos vencido batalla alguna, si no fue la del vizcaíno, y aun de aquella salió vuestra merced con media oreja y media celada menos; que después acá todo ha sido palos y más palos
(…)
—Esa es la pena que yo tengo y la que tú debes tener, Sancho —respondió don Quijote—, pero de aquí adelante yo procuraré haber a las manos alguna espada hecha por tal maestría, que al que la trujere consigo no le puedan hacer ningún género de encantamentos; y aun podría ser que me deparase la ventura aquella de Amadís, cuando se llamaba el Caballero de la Ardiente Espada, que fue una de las mejores espadas que tuvo caballero en el mundo (…)”
Además menciona la posible adquisición de una poderosa espada inmune a los encantamientos gracias a la cual cambiará su suerte, típico de las novelas de caballería.
El hecho humorístico en esta obra se produce a partir de la confusión creada por la locura de DQ quién cree ver fabulosos acontecimientos y grandes aventuras en donde no hay más que sucesos de la vida cotidiana. Al narrar a Sancho sus visiones, éste duda por momentos, pero debido a su ignorancia y sencillez termina creyendo también la fantasía. En el capítulo XVIII, por ejemplo, DQ cree ver dos ejércitos que están a punto de enfrentarse, en lo que en realidad son dos rebaños de ovejas. Sancho, escuchando a su amo contar con todo detalle la situación, oyendo nombres de famosos caballeros y reyes, y entorpecida además su visión debido a que la polvareda que levantan los animales no le deja ver la realidad, se convence del delirio.
Mario Gonçalves
Noviembre 2019
Bibliografía:
Cervantes Saavedra, Miguel. El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha (primera y segunda parte). Edición digital Biblioteca virtual Miguel de Cervantes.
Imagen: Marcela Moya - Quijote y Sancho - óleo sobre tela de 50x70 cms. cubismo (réplica libre)
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