Del análisis general y la crítica a los medios de comunicación surge el concepto de Manipulación Mediática: cómo los medios presentan la información de manera tal que influyen intencionalmente en las opiniones e incluso en el comportamiento del público. De este modo los sectores de poder utilizando los medios como instrumento, o bien siendo éstos meros representantes de aquellos, inducen a los espectadores a la aceptación de cambios socio-culturales que afectan su calidad de vida, los cuales serían resistidos si se impusieran abiertamente, y cuyo beneficio, para el poder que representa el medio de comunicación, o por el cual es utilizado, es conseguido de manera ordenada.
Es de destacar el texto "Estrategias de manipulación" del autor francés Sylvain Timsit, en el cual se describen específicamente diez estrategias de manipulación para el control social. Una de estas estrategias consiste por ejemplo, en “Crear problemas y luego ofrecer soluciones” la cual podemos ver representada cuando se insiste desde los medios de comunicación con noticias relacionadas a una crisis económica que aqueja a la sociedad, para luego aportar como posible solución una flexibilización de leyes laborales, aportada por algún especialista del medio o la declaración de un funcionario o dirigente político, siendo la aprobación de esta reforma la intención originaria.
Otra de las estrategias que plantea Timsit “Dirigirse al público como criaturas de poca edad” se puede distinguir cuando un especialista presentado en un medio de comunicación como experto en determinada materia, utiliza para su explicación analogías prestadas de otras disciplinas que simplifican lo que pretende transmitir. Por ejemplo hablando de economía, al describir el problema de la inflación se sugiere que: la economía está enferma de inflación, por lo tanto, es necesario bajar la misma para que la economía sane.
Además de la analogía con la medicina también son comunes las comparaciones con la jardinería o la mecánica automotriz. Pero estas estrategias se ven superadas en su audacia por lo que se define como fake news (noticias falsas) las cuales tienen como soporte principal las redes sociales y plataformas
digitales independientes, pero que en ocasiones son replicadas por medios tradicionales convirtiéndose éstos en víctimas al igual que los espectadores. Para describir este fenómeno podemos consultar la opinión del director ejecutivo de Editorial Perfil, Agustino Fontevecchia, que en un artículo sobre el tema define las fake news como “... información falsamente descriptiva que busca manipular a la audiencia sin importar su propósito.” (Perfil 7 de junio 2017) Si bien acepta que las fake news existen desde siempre, plantea que el cambio de plataforma es decisivo para la explosión del fenómeno, debido a su masividad, y el hecho de que estas plataformas digitales permiten la interacción de los usuarios
dándoles la posibilidad de que cualquiera de ellos pueda redactar una noticia sin ningún costo ni responsabilidad.
En el artículo antes citado, como representante de una editorial, Fontevecchia propone la solución de regular los derechos digitales y exigir a las plataformas que paguen por el contenido de medios tradicionales que ellas utilizan, y además volcar la publicidad hacia estos contenidos, para solventar el mejoramiento de los medios y su producción. Pero desde un punto de vista objetivo, esta solución intensificaría el poder de los medios tradicionales y su monopolio sobre la información, dejando a la audiencia a merced de las posibles manipulaciones de los mismos. Y además impidiendo el beneficio de nutrirse de los medios alternativos o incluso poder manifestarse como productores de noticias
anónimos en dichos medios. Una opinión divergente sobre el tema de la manipulación mediática y las fake news, es la de José Luis Petris en su artículo “Los límites de la manipulación” (Maiz, revista de la facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata) El autor propone su idea de manipulación como un estado natural del procesamiento de los datos que describen los hechos ocurridos a informar, distinguiéndola de esta manera de la mera invención de un hecho o la falsedad parcial lo cual es para él un simple engaño. De acuerdo con la concepción de Petris, las fake news no serían una forma de manipulación, ya que éstas, al ser simples invenciones, no constituyen la forma normal del procesamiento de datos, en el cual sí encajaría el concepto de manipulación.
Pero no es ésta una simple distinción semántica, sino que hay una diferencia de concepto por el cual podríamos diferenciar una manipulación positiva consistente en la elaboración de la noticia por parte del medio, basándose en datos ciertos que, manipulados de determinada manera resultan estar al servicio de los intereses de la audiencia; y por otro lado una manipulación negativa la cual conlleva la misma práctica pero a favor de un poder dominante y en detrimento del interés de los propios espectadores.
Según Petris, los medios de comunicación construyen la realidad social al enmarcar los hechos en un contexto prefijado por el mismo procesamiento cotidiano de la información generando una agenda común que se impone a la sociedad, influyendo incluso en las posturas que las audiencias tendrán ante ella. Aunque también propone, como contrapartida, que existe una instancia de conocimiento en la recepción del mensaje impuesto por el medio, en la cual el receptor procesa la información según sus impresiones, preconceptos, otros discursos del medio, conversaciones con su entorno y conocimientos
formales o informales. Lo que disminuiría el efecto deseado por el medio emisor. De todo esto se deduce, que el espectador, si bien se encuentra expuesto a la manipulación, tiene la posibilidad de defenderse acudiendo al análisis de la información, que debe presuponer ya manipulada, con una postura crítica, haciendo un seguimiento de la noticia a través de distintas fuentes, ya sean tradicionales o de plataformas digitales, blogueros, etc. teniendo siempre en cuenta los intereses del medio emisor de dicha noticia, siendo indispensable para esto conocer el funcionamiento de los medios en general y su composición, ideología e interés económico en particular. Sólo así podrá atenuarse la influencia que la manipulación mediática y las fake news ejercen sobre nuestras vidas.
Es de destacar el texto "Estrategias de manipulación" del autor francés Sylvain Timsit, en el cual se describen específicamente diez estrategias de manipulación para el control social. Una de estas estrategias consiste por ejemplo, en “Crear problemas y luego ofrecer soluciones” la cual podemos ver representada cuando se insiste desde los medios de comunicación con noticias relacionadas a una crisis económica que aqueja a la sociedad, para luego aportar como posible solución una flexibilización de leyes laborales, aportada por algún especialista del medio o la declaración de un funcionario o dirigente político, siendo la aprobación de esta reforma la intención originaria.
Otra de las estrategias que plantea Timsit “Dirigirse al público como criaturas de poca edad” se puede distinguir cuando un especialista presentado en un medio de comunicación como experto en determinada materia, utiliza para su explicación analogías prestadas de otras disciplinas que simplifican lo que pretende transmitir. Por ejemplo hablando de economía, al describir el problema de la inflación se sugiere que: la economía está enferma de inflación, por lo tanto, es necesario bajar la misma para que la economía sane.
Además de la analogía con la medicina también son comunes las comparaciones con la jardinería o la mecánica automotriz. Pero estas estrategias se ven superadas en su audacia por lo que se define como fake news (noticias falsas) las cuales tienen como soporte principal las redes sociales y plataformas
digitales independientes, pero que en ocasiones son replicadas por medios tradicionales convirtiéndose éstos en víctimas al igual que los espectadores. Para describir este fenómeno podemos consultar la opinión del director ejecutivo de Editorial Perfil, Agustino Fontevecchia, que en un artículo sobre el tema define las fake news como “... información falsamente descriptiva que busca manipular a la audiencia sin importar su propósito.” (Perfil 7 de junio 2017) Si bien acepta que las fake news existen desde siempre, plantea que el cambio de plataforma es decisivo para la explosión del fenómeno, debido a su masividad, y el hecho de que estas plataformas digitales permiten la interacción de los usuarios
dándoles la posibilidad de que cualquiera de ellos pueda redactar una noticia sin ningún costo ni responsabilidad.
En el artículo antes citado, como representante de una editorial, Fontevecchia propone la solución de regular los derechos digitales y exigir a las plataformas que paguen por el contenido de medios tradicionales que ellas utilizan, y además volcar la publicidad hacia estos contenidos, para solventar el mejoramiento de los medios y su producción. Pero desde un punto de vista objetivo, esta solución intensificaría el poder de los medios tradicionales y su monopolio sobre la información, dejando a la audiencia a merced de las posibles manipulaciones de los mismos. Y además impidiendo el beneficio de nutrirse de los medios alternativos o incluso poder manifestarse como productores de noticias
anónimos en dichos medios. Una opinión divergente sobre el tema de la manipulación mediática y las fake news, es la de José Luis Petris en su artículo “Los límites de la manipulación” (Maiz, revista de la facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata) El autor propone su idea de manipulación como un estado natural del procesamiento de los datos que describen los hechos ocurridos a informar, distinguiéndola de esta manera de la mera invención de un hecho o la falsedad parcial lo cual es para él un simple engaño. De acuerdo con la concepción de Petris, las fake news no serían una forma de manipulación, ya que éstas, al ser simples invenciones, no constituyen la forma normal del procesamiento de datos, en el cual sí encajaría el concepto de manipulación.
Pero no es ésta una simple distinción semántica, sino que hay una diferencia de concepto por el cual podríamos diferenciar una manipulación positiva consistente en la elaboración de la noticia por parte del medio, basándose en datos ciertos que, manipulados de determinada manera resultan estar al servicio de los intereses de la audiencia; y por otro lado una manipulación negativa la cual conlleva la misma práctica pero a favor de un poder dominante y en detrimento del interés de los propios espectadores.
Según Petris, los medios de comunicación construyen la realidad social al enmarcar los hechos en un contexto prefijado por el mismo procesamiento cotidiano de la información generando una agenda común que se impone a la sociedad, influyendo incluso en las posturas que las audiencias tendrán ante ella. Aunque también propone, como contrapartida, que existe una instancia de conocimiento en la recepción del mensaje impuesto por el medio, en la cual el receptor procesa la información según sus impresiones, preconceptos, otros discursos del medio, conversaciones con su entorno y conocimientos
formales o informales. Lo que disminuiría el efecto deseado por el medio emisor. De todo esto se deduce, que el espectador, si bien se encuentra expuesto a la manipulación, tiene la posibilidad de defenderse acudiendo al análisis de la información, que debe presuponer ya manipulada, con una postura crítica, haciendo un seguimiento de la noticia a través de distintas fuentes, ya sean tradicionales o de plataformas digitales, blogueros, etc. teniendo siempre en cuenta los intereses del medio emisor de dicha noticia, siendo indispensable para esto conocer el funcionamiento de los medios en general y su composición, ideología e interés económico en particular. Sólo así podrá atenuarse la influencia que la manipulación mediática y las fake news ejercen sobre nuestras vidas.
Mario Gonçalves
Julio, 2019
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