I- Aunque la codicia
- tiene redil que encierre la oveja,
- trojes que guardan el trigo,
- — bolsas para la moneda
- y garras, no tiene manos
- que sepan labrar la tierra.
- Así a un año de abundancia
- siguió un año de pobreza.
- II
- En los sembrados crecieron
- las amapolas sangrientas;
- pudrió el tizón las espigas
- de trigales y de avenas;
- hielos tardíos mataron
- en flor la fruta en la huerta
- y una mala hechicería
- hizo enfermar las ovejas.
- A los dos Alvargonzález
- maldijo Dios en sus tierras,
- y al año pobre siguieron
- luengos años de miseria.
- III
- Es una noche de invierno.
- Cae la nieve en remolinos.
- Los Alvargonzález velan
- un fuego casi extinguido.
- El pensamiento amarrado
- tienen a un recuerdo mismo
- y en las ascuas mortecinas
- del hogar los ojos fijos.
- No tienen leña ni sueño.
- Larga es la noche y el frío
- mucho. Un candilejo humea
- en el muro ennegrecido.
- El aire agita la llama,
- que pone un fulgor rojizo
- sobre entrambas pensativas
- testas de los asesinos.
- El mayor de Alvargonzález
- lanzando un ronco suspiro,
- rompe el silencio exclamando:
- —Hermano, ¡qué mal hicimos!
- El viento la puerta bate,
- hace temblar el postigo
- y suena en la chimenea
- con hueco y largo bramido.
- Después el silencio vuelve
- y a intervalos el pabilo
- del candil chisporrotea
- en el aire aterecido.
- El segundón dijo: ¡Hermano
- demos lo viejo al olvido!
Poema en forma de romance, con versos octosílabos, y rima asonante (sólo coinciden las vocales). Este fragmento cuenta el momento en el que pareciera que la suerte castiga a los hermanos por haber matado a su padre.
Comienza
describiendo la codicia, nombrando lo que tiene primero (redil, trojes,
bolsas, garras) y luego lo que carece (manos que sepan labrar la tierra).
La primera oposición, entre lo que tiene y no tiene, que plantea un ritmo.
Luego la repetición de un año, en lo dos últimos versos, y otra
oposición entre abundancia y pobreza: “Así, a un año de abundancia
/ siguió un año de pobreza”.
Esta sería la
primera parte del castigo, generado por la propia impericia.
En la segunda
parte se repite la enumeración del ganado y la siembra, como en la primera,
pero esta vez para mostrar cómo la naturaleza perturba la cosecha pareciendo
incrementar el castigo. Luego se confirma la maldición divina en este verso: “A
los dos Alvargonzález / maldijo Dios en sus tierras”
Tanto en la
primera como en la segunda parte, se nombra la tierra al final del
antepenúltimo verso. En los dos últimos, también se sintetiza toda la estrofa,
igual que la parte anterior, utilizando esta vez, no la oposición, sino la
intensificación entre al año – largos años, y luego pobre
– miseria: “y al año pobre siguieron / largos años
de miseria.”
En la tercera
parte se describen, desde lo general a lo particular, empezando por el momento
del día, el clima, la imagen de los hermanos, hasta la mirada de los dos
enfocada en el mismo punto, como analogía del pensamiento que también
comparten: “El pensamiento amarrado / tienen a un recuerdo mismo, / y en las
ascuas mortecinas / del hogar los ojos fijos.” La figura de las ascuas
mortecinas como representación de ese pensamiento que está latente, aunque
ninguno de los dos lo esté manifestando.
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