Introducción:
Hay un barrio y hay una manera
de nombrarlo, una gramática del barrio.
Pero esa manera de nombrar y el objeto nombrado a veces toman distintos
caminos. Según la gramática estructural (Alarcos Lorach, 1951), el signo se
compone de una forma de contenido y
una forma de expresión (pag. 19).
Estos dos aspectos del signo, el cual es mutable e inmutable a la vez
(Saussure, 1945, pag. 93-100), son independientes y en su evolución diacrónica
están sometidos al influjo recíproco de su naturaleza; o como dice Barthes (1985),
hay un conflicto entre la función y la significación, entre las necesidades del
uso y la carga semántica que la historia le impone (pag. 260). En dos tópicos
nos propondremos descubrir cómo se relacionan esas formas en el tránsito de las
palabras por la vecindad del lenguaje.