Este consejo sugiere que debe haber una coherencia en el espíritu del personaje, debe ser parejo en sus actos. Esta forma de proceder en la creación literaria tuvo su cima durante el romanticismo, periodo en el que los juegos de opuestos y la correlación entre lo ético y lo estético fueron instrumentos fundamentales, a tal grado que la correspondencia entre inteligencia y fisonomía era utilizada de forma universal, casi con una seguridad científica.
Ahora si bien es cierto que estos procedimientos cambiaron con el tiempo y hoy en día tratamos de escapar de los estereotipos, igualmente estos esquemas siguen funcionando en la creación ficcional, aunque no con esos modelos universales que los románticos impulsaron.
Esta relación de oposición entre dos personajes sigue teniendo efecto en el espectador/lector. Apliquemos, por ejemplo, nuestro modelo del rectángulo y el óvalo a algunos personajes de ficción contemporáneos. Pensemos en la serie televisiva La teoría del Big Bang. La pareja protagonista: Sheldon y Leonard, puede encajar en este esquema. Sin embargo, veremos que las características que surjan de las formas abstractas superpuestas a los roles de los personajes serán diferentes a las que le atribuimos a Don quijote y Sancho.
En este caso lo estirado del rectángulo se correspondería con la arrogancia de Sheldon, y las líneas rectas y aristas con su obsesión o tozudez. (Nótese que aquí las características son negativas cuando en Don quijote eran positivas). En cambio, la falta de aristas en la circularidad del óvalo representaría la flexibilidad de Leonard, que siempre tiene que lidiar con la personalidad de su amigo. En este caso, Leonard no es un personaje sencillo al modo de Sancho, carece de la brutalidad que caracteriza al escudero, pero sí posee la capacidad de relacionarse con su entorno, por eso se corresponde con lo terrenal, cuando Sheldon, en cambio, es puramente abstracto.
Ahora vayamos más lejos. Siguiendo con nuestro modelo del rectángulo y el óvalo, apliquémoslo a dos personajes de animación como la serie de Warner, Pinky y Cerebro.
Es curioso que aquí los roles están invertidos. En este caso el rectángulo sería el personaje pasional/terrenal y el óvalo el intelectual/idealista. Sin embargo el modelo funciona igual. Porque como dijimos antes: la correlación no es universal, sino que depende de la contraposición. En este ejemplo, las líneas no inspiran rectitud, sino la simplicidad de Pinky, y las aristas su torpeza. Por otro lado, la circularidad puede representar la perfección de Cerebro, cuyo pensamiento no tiene errores (aristas).
Elegimos estos ejemplos en particular porque en ellos es más fácil trasladar el aspecto físico de los personajes a la abstracción geométrica y así correlacionarlo con el aspecto emocional e intelectual. Pero esto se aplica también a aquellos personajes en donde no existe una relación clara entre lo físico y lo espiritual, o en donde este recurso no alcanza al plano material sino sólo a lo que concierne a la idiosincrasia del personaje. Por lo que también podemos realizar el mismo proceso de abstracción hacia el modelo geométrico, aunque en representación sólo de lo espiritual.
Una pareja de personajes interesante de estudiar para este caso es la de Emma Bovary y su esposo Carlos, protagonistas de la famosa novela de Gustave Flaubert, Madame Bovary. Supone realmente un desafío esquematizar la personalidad de Emma. Podríamos imaginar un poliedro irregular, ya que hay zonas de su carácter que son llanas, otras son irregulares, ásperas, flexibles, hay puntas romas y agudas, partes sinuosas y otras rectas, etc. Todo lo cual simbolizaría su alto grado de volubilidad. En cambio el carácter de su esposo es de lo más sencillo y trasparente, casi insignificante. Podríamos imaginarlo como un dado de caras lisas y puntas romas. Cualquier lado donde se lo mire es igual. No incomoda al tacto y no rueda como lo haría una bola, sino que se frena al caer casi de manera regular o metódica.
Como habíamos adelantado, la propuesta de Horacio de crear caracteres iguales a sí mismos ya no es común. Los modelos contemporáneos tienden a intentar escapar de los estereotipos, es más, parecen intentar probar su ineficacia. Ahora bien, la incoherencia en la identidad es también una forma de esquematizar. Como vimos, los modelos no son universales, sino que su versatilidad permite la interpretación subjetiva. Podemos imaginar un Aquiles que no sea diligente, iracundo ni inexorable, pero igualmente podremos crear una relación formal entre esos diferentes aspectos agrupados que describimos al principio: físico, emocional, intelectual. Estos modelos funcionan como una constelación, cuya interpretación depende de la perspectiva. Pero esto nos introduce en pasajes más profundos de la teoría literaria que abordaremos en otro momento.
Podemos recomendar la práctica de esta esquematización para facilitar el análisis ficcional y su potencial creación.
Mario Gonçalves, mayo 2024
* Horacio, Arte poética y otros poemas, Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, 1974.
Imagen 1: Still life with flowers, Juan Gris.
Imagen 2: Don Quijote and Sancho Panza, Javier Monsalvett.
No hay comentarios:
Publicar un comentario