Creo que hay literatura, porque hay
vida humana. No lo digo por la obviedad de que la literatura es un producto del
ser humano, sino, porque la literatura está en el proceso mismo que la
conciencia realiza para construir la realidad. En términos fenomenológicos, el
mecanismo por el cual asimilamos el contenido de nuestra percepción, es una
sucesión de actos de abstracción posibilitados por la dualidad ser y no ser. El
límite entre lo que un objeto es y lo que no, permite su conocimiento. Esa
abstracción, o recorte, para usar el término de la cita de Ranciére
hecha por García Canclini,[1]
es ya material literario.