PRÓLOGO Y CONTRATAPA PARA UNA ANTOLOGÍA IMAGINARIA

 


Corpus de la antología imaginaria:

  • La caída de la casa Usher (1839), Edgar Alan Poe
  • Casa tomada (1947), Julio Cortázar
  • Hansel y Gretel (1812), Hnos. Grimm
  • Una casa frente al mar (1991), Daniel Barbieri

 

 

PRÓLOGO

 

Con la edificante pluma de los autores que visitamos en esta selección, se construyen relatos donde cada palabra es una piedra única y cada oración una galería de sucesos tan humanos como humana es la fantasía. La casa aparece como elemento ordenador en sus variantes: casas que nos oprimen, que nos aplastan; casas que nos arrinconan, nos expulsan; casas que se nos ofrecen en alimento como trampa para luego devorarnos; casas, en fin, que nos invaden hasta la asimilación.

Veremos aquí lo que ocurre cuando el ámbito familiar por excelencia nos es hostil de las maneras más crueles, no sólo por su rudeza sino también por su singularidad. Desde las prehistóricas cuevas hasta los modernos rascacielos, el hogar ha sido la incubadora del alma y el refugio del cuerpo, con su naturaleza sólida e inerte. En el recorrido por esta serie de relatos seremos testigos de cómo esa naturaleza cobra vida y se pervierte.

En esta argamasa literaria se mezclan seres condicionados por linajes enfermos; padres que se vuelven contra sus hijos; cuerpos que se empeñan por la posesión de bienes esclavizantes. En estos cuentos habitan representaciones de la sociedad, de la humanidad toda.

Así como el paisaje condiciona al espectador (una casa en el campo es distinta a la misma casa en la ciudad), los cuentos elegidos aparecerán redecorados al lector —como si un arquitecto invisible hubiera redefinido secretamente su estructura— por el sólo hecho de ser aledaños a otros cuentos, con los que comparten, en apariencia, sólo la fachada. Como aquella casa del barrio de nuestra infancia que sobrevivió al progreso inmobiliario y ahora reencontramos entre modernos edificios, cada relato alberga los mismos tópicos de siempre, pero resignificados por las inmediaciones, descubriéndonos sentidos, nuevos para nosotros, pero que siempre habían habitado en algún rincón de sus párrafos.

Para dar un ejemplo, la entidad que toma la casa en el cuento de Cortázar, es lo suficientemente ambigua en solitario como para dar lugar a diversas interpretaciones. Sin embargo, viéndola reflejada en la maldición del linaje de la casa Usher, es inevitable pensarla como el mandato de los antepasados que presiona sobre el presente. En cambio, enmarcada en el relato de los hermanos Grimm, el drama de los débiles relegados ante la escasez de recursos, nos la acerca a la interpretación política del conflicto de clases, interpretación ya clásica.

Y ese mismo drama del cuento de los Grimm, toma otro cariz en vecindad del cuento de Barbieri, en donde la resolución de los problemas económicos es la hipoteca del propio cuerpo.

No ambiciona este prólogo extenderse en las múltiples interpretaciones, ni mucho menos agotarlas —ya que tantas son como lectores hay—, sino apenas atisbar como a través del ojo de una cerradura, algunos posibles trazos en el plano de construcción de sentido de los cuentos aquí presentados.

Sin más recibimientos, esperamos que el lector conciba su propio recorrido. Este libro abre sus puertas.

   


CONTRATAPA

 

Toda clasificación es arbitraria, aunque la mirada humana, que posee la capacidad de ver lo igual y lo diferente en un mismo tiempo y espacio, no puede escapar a la manía de ordenar la realidad.

El horror paranoico de Edgar Alan Poe, la pesadilla fantástica de Julio Cortázar, la fantasía aleccionadora de los hermanos Grimm, y la ciencia ficción sociológica de Daniel Barbieri, aparecen unidos por un elemento en apariencia fútil: la casa.

La casa como caprichoso eje ordenador de esta serie de cuentos, sea quizá la excusa para desafiar al lector a descubrir su propia y secreta justificación de este libro.


Mario Gonçalves, abril 2023.


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