UN CUERPO, UN ALMA
Esta antología, que contiene los cuentos: «El simulacro», de Jorge Luis Borges, «La señora muerta», de David Viñas, y «Esa mujer», de Rodolfo Walsh, ofrece al lector la imagen de un fetichismo venal y eterno.
UN CUERPO, UN ALMA
Esta antología, que contiene los cuentos: «El simulacro», de Jorge Luis Borges, «La señora muerta», de David Viñas, y «Esa mujer», de Rodolfo Walsh, ofrece al lector la imagen de un fetichismo venal y eterno.
Corpus de la antología imaginaria:
Fragmento de la entrevista realiza por Gabriel García Márquez a Mario Firmenich (secretario general del Movimiento Montonero) en 1976. Fuente: elextremosur.com.
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Miren: por este desgarrón de la capa se ve en mi estómago un tatuaje bermejo: es el segundo símbolo, Beth. Esta letra, en las noches de luna llena, me confiere poder sobre los hombres cuya marca es Ghimel, pero me subordina a los de Aleph, que en las noches sin luna deben obediencia a los Ghimel.
Acostumbrados estamos a la distinción que todo artista de cualquier género hace entre su vida privada y la pública, entre la persona y el personaje, entre el hacer cotidiano y el creativo. Todo artista se crea a sí mismo como autor junto con su obra. Desde Salvador Dalí hasta Elvis Presley, pasando por Carlos Gardel o Miguel de Cervantes, de cualquiera pueden observarse las características que en su personalidad se corresponden con la obra y hasta la presuponen. Pero este sujeto creador, que difiere del ser de carne y hueso, es también una creación junto con la obra, y muchas veces puede decirse que forma parte de la misma.
Es indiscutible lo infundado del reclamo que los enamorados no correspondidos hacen a quienes siendo el objeto de su pasión y no habiendo éstos provocado las ansias de aquellos, cabalmente los rechazan. Y siendo lo insoluble de este reclamo tomado como ejemplo de autodeterminación en rango general, es también levantado como bandera del feminismo en lo particular, siendo como es dado más frecuentemente este hecho de ocurrirle a las mujeres en carácter de víctimas de tales acusaciones.
¿Qué pasión, Porcia, qué dolor tan ciego
día era señalado,
cuando dueñas y doncellas
al rey piden aguinaldo,
sino es Jimena Gómez,
hija del conde Lozano,
que puesta delante el rey
de esta manera ha hablado: